En esto de las coronaciones de Imágenes debería la Iglesia no prodigarse, dados los tiempos que corren y el rechazo que este tipo de ceremonias encuentra en propios y extraños, es decir, entre quienes no se manifiestan como creyentes y, por supuesto, entre no pocos sectores católicos bastante refractarios al llamado mundo cofrade y a muchas de sus prácticas, no siempre comprendidas y bastante menos asumidas por los movimientos eclesiales cuya finalidad no es precisamente la de dar culto público a determinadas advocaciones...
Para colmo, cuando como en el caso que nos ocupa, se decide llevar a cabo la referida coronación de una imágen, en este caso de la titular de la Hermandad de la Expiración de Jerez, la Santísima Virgen del Valle, o se realiza la ceremonia con toda la solemnidad y el esplendor que la misma demanda o mejor dejarlo y viene esto a cuento por el altar que, en la Iglesia Catedral, se ha preparado para la Imágen de esta cofradía del Viernes Santo que en modo alguno se correspondía con el motivo para el que se había montado, pareciendo más bien que se trataba de algo accesorio y marginal dentro del templo, a pesar de que padrino de la citada coronación era el propio Cabildo Catedral.
Y no es que quién esto escribe, poco dado a las comentadas ceremonias, propugne un montaje teatral, a la antigua usanza cofradiera, excesivo y desmedido, pero si adecuado a lo que se celebra y en este caso, nada más y nada menos, que colocar una nueva Corona, con las bendiciones canónicas, sobre la cabeza de una Virgen a la que veneran muchas personas...que bien merecen respeto.
Para remate de las desconsideraciones y carencias de la coronación aludida, encima la lluvia y la procesión de regreso a San Telmo, suspendida...
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