Aunque previamente prevenidos, las noticias sobre el paro que se han dado a conocer en el día de hoy, suponen un nuevo jarro de agua fría para la situación económica de España y, sobre todo, de los españoles, aunque el anuncio de los beneficios de la Banca - ¡oportunidad se llama la figura! - nos hable de la buena salud de la misma que sin crísis o con ella sigue produciendo unos reditos espectaculares y me atrevería a decir que casi ofensivos ante el paro creciente, las dificultades de muchas familias para llegar a fin de mes y los centenares de necesitados - ¡no solo pobres de solmenidad, oiga! - que acuden cada día a los Comedores de Cáritas o de instituciones religiosas especialmente, para poderse llevar un plato de comida caliente a la boca...
Claro que por lo visto esa pendiente que nos acerca al borde del precicipio, buscando ya para final de año los tres millones de desempleados - y esperemos que se quede ahí -, que en una ciudad como Jerez supera las ventitres mil personas sin empleo, parece no preocupar demasiado a uno de los llamados ¿líderes? sindicales de la población, que tras treinta años - tres décadas, que se dice pronto subido en el machito - y ante la espeluznante realidad se atreve a manifestar que no será él quién promueva una acción pública de protesta contra semejante e intolerable situación.
Y si no es ahora, ¿cuando?. ¿A que coyuntura aguardará usted, señor ¿representante? de los trabajadores jerezanos...?
Menos mal que su propio Jefe de filas, a nivel nacional, ha tenido la decencia de pronunciarse en público anunciando que de continuar esta imparable tendencia habrá que plantearse algún tipo de movilización en defensa de los puestos de trabajo.
Y es que, digo yo, al menos habrá que llamar la atención sobre la gravedad de una situación que nos retrotrae doce años atrás en las cifras.
¿O acaso eso es mucho pedir...?
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