La anunciada reforma del Código Penal, tras pacto de los dos principales partidos políticos españoles, es sin duda una buena noticia ya que nuestra actual legislación adolece de ciertas carencias, inexplicables tantas veces para el conjunto de la ciudadanía, que ha motivado el rechazo, la crítica y la queja ante muchas decisiones o actuaciones de la Justicia que posiblemente por no encontrar los cauces necesarios en la vigente legislación ha debido adoptar resoluciones que no siempre se correspondían con el delito sancionado...
Ahora, con el anteproyecto de reforma aprobado por el Consejo de Ministros, previo consenso alcanzado como queda dicho con el principal partido de la oposición y siempre que en su paso por el Congreso de los Diputados y el Senado mantenga los principios fundamentales de dicha revisión, la Justicia española podrá dar un paso importante en la tipificación de determinados delitos, incorporando mayores penas para algunos especialmente graves y de indudable impacto social e incluyendo figuras delictivas, hasta ahora poco habituales entre nosotros o que forman parte del nuevo catálogo de la delicuencia, tales como los delitos relacionados con el urbanismo, los informáticos, los del mundo laboral y en especial el denominado acoso - del que tantos ejemplos se podrían poner en la hora presente - o el consumo, por citar tan solo algunos supuestos contemplados en la propuesta legislativa.
Y es oportuna tal iniciativa, cuando la sociedad ha clamado en tantas ocasiones, perpleja por el castigo aplicado a ciertos delincuentes, por la concesión de libertad a terroristas, a culpables de cohecho, a traficantes de droga, a causantes de abusos y agresiones sexuales a menores, contemplando impotente la imposibilidad de actuar con mayor rigor a quienes estan encargados de administrar Justicia por no disponer de los instrumentos y leyes necesarias para sancionar con ejemplaridad semejantes delitos.
Claro que todavía queda un largo recorrido para ver convertida en realidad esta necesaria reforma de nuestro Código Penal, pero ya era hora de abordarla y solo cabe confiar en que quienes deben sancionarla con su voto, acierten en el texto legislativo final.
Que así sea.
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