El tema es recurrente y bien conocido, por sufrido, por cuantas personas tratan de dirigirse a las playas de Chiclana, Conil, o Vejer, por citar tan solo algunas de las poblaciones afectadas, los sábados y domingos del verano, buscando disfrutar de unas horas de esparcimiento y se encuentran con el auténtico tapon en que una mal diseñada distribución del tráfico y de los viales correspondientes en la zona ha convertido el célebre nudo de Tres Caminos, en las proximidades de San Fernando...
Y así, antes de la reforma y mucho peor tras la misma, cuando los más optimistas pensaban que se terminaría con los atascos de la travesís de Puerto Real y ya el conductor podría continuar su ruta sin contratiempo alguno, pero - como dicen los castizos - "que si quieres arroz, Catalina..." ya que de solución nada y tan solo se ha conseguido trasladar el suplicio unos cuantos kilómetros más adelante, para desesperación de los habituales de esta ruta por la provincia gaditana.
Ahora nos cuentan - con ese lenguaje futurista de los políticos al que a veces se suman con una complicidad sumisa los Técnicos - que se está redactando la reforma del referido nudo y que en un plazo no determinado aún este problema pasará a convertirse en un mal recuerdo para quienes actualmente lo vienen padeciendo, pero por el momento, a guardar cola tocan y a engrosar la fila de vehículos que en un auténtico embudo tienen que desfilar - en auténtica fila india - tratando de dirigirse a Chiclana desde Puerto Real, teniendo que soportar además a los listillos que ignoran la señalización horizontal y vertical - y cuantas se le pongan por delante - y se cuelan de mala manera delante de los que, cumpliendo con las reglas de tráfico y desde luego con la buena educación, aguardan pacientemente, en una larga cola, poder continuar su camino.
Lo peor es que, en estos casos, que se repiten hasta la saciedad y fín de semana tras fin de semana, no se ve un guardia en diez kilómetros a la redonda y así los pícaros y desaprensivos abusan de todos los demás conductores, a los que sin duda alegraría muchísimo que un Agente de Tráfico apareciera en esos momentos y, además de multar tales comportamiento, obligara a los fangios a continuar en dirección a San Fernando...
Total, que otro verano de suplicio y de retenciones kilométricas en Tres Caminos.
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