lunes, febrero 25, 2008

Si no gana el pueblo, perdemos todos...

Lo del debate, tras demasiados años, es bueno y mucho mejor que los líderes de los dos partidos mayoritarios se sometan, ante las cámaras de Televisión, a la posibilidad de que la ciudadanía pueda juzgar por sí misma las ideas, proyectos, soluciones y compromisos de las dos personas que más posibilidades tienen de asumir, en nuestro país, la jefatura del Gobierno de la Nación...
Claro que para eso ha tenido que transcurrir demasiado tiempo, ya que en ocasiones precedentes no se alcanzó un acuerdo para que la televisión fuera testigo de dicha confrontación, con lo cual sin duda alguna salió perjudicado el diálogo, el legítimo contraste de ideas entre dos conceptos de la política y de la gestión de la cosa pública y, sobre todo, la democracia, pero a eso ya nos estamos acostumbrando, por desgracia.
Ahora si. Ahora se organiza y celebra el debate de campaña y cabe confiar que tras el mismo todos podamos tener una idea más clara y real de lo que uno u otro, Zapatero y Rajoy, izquierda y derecha, progresista o conservadores pretenden llevar a cabo en la regiduría de España, bien por si solos, bien con el apoyo de otras fuerzas políticas, según deparen las urnas el reparto de escaños y, por tanto, la posibilidad de alcanzar la mayoría suficiente para ejercer el gobierno o haya que recurrir al pacto con partidos nacionalistas o minoritarios...
Pero lo importante es que, tras el debate, con la aportación de ideas, con los planteamientos y las actitudes de los dos primeros líderes políticos en nuestro país, quién gane no sea uno de los dos sino precisamente el pueblo, ya que de lo contrario acabaríamos perdiendo todos, ya que no se trata de alzar el brazo, en signo de victoria, del lider del PSOE o el del PP sino de encontrar en esta confrontación mediática las soluciones reales y realizables a tantos problemas como tiene planteados nuestra sociedad, es decir, todos nosotros.
Eso es lo que hay que desear y no pensar en que el triunfo en el debate sirva para que mañana, de un lado y de otro, se proclame una victoria que a todos los demás nos puede servir de poco, si acaso de justificación para seguir soportando que continúe la crispación y el insulto...
Esperemos que no sea así.

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