Lo ha advertido en no pocas ocasiones el defensor del Pueblo andaluz y sobre este problema, no son pocas las personas e instituciones que se han pronunciado, una y otra vez, pero que la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito haya manifestado en su Informe Mundial sobre la Droga, del año 2007, que España se ha convertido en el país del mundo con mayor tasa de consumo de cocaína, por delante de naciones como Estados Unidos o Canadá, es una noticia alarmante, que algunos representantes de la progresía a lo peor interpretan como signo de modernidad de nuestra sociedad, pero de cuyas consecuencias, más tarde o más temprano, seguro que todos los españoles nos tendremos que lamentar.
Y es que no tenemos remedio y el caldo de cultivo de una sociedad amoral, sin valores, donde todo vale y todo se disculpa y justifica, nos está llevando desde la reserva espiritual de Occidente, como nos calificaba la propaganda franquista, a una deplorable situación en la que, como timbre de gloria y signo de progresía nos tienen que contar, desde la ONU, que nuestra población entre los 15 y los 64 años tiene una tasa de consumo de cocaína de un tres por ciento y que con ello batimos el record de superar en cuatro veces la media europea en el consumo de dicha droga.
Junto a esta nada poco alentadora noticia, el ya citado José Chamizo, Defensor del Pueblo Andaluz, alerta de que junto al consumo de la referida cocaína se está incrementando de forma perceptible el consumo de heroina y denuncia el auténtico descaro con que la droga se consume en los bares, pubs y discotecas donde - afirma - se forman hasta colas para ir a los servicios...
Y ante esta situación, ¿que hacen las administraciones sanitarias autonómicas y nacional para ponerle coto?.¿Se ocupan los Parlamentarios de uno y otro ámbito de este problema real de nuestra sociedad? ¿Tiene la Policía órdenes y medios para actuar contra esta auténtica plaga de consumo de drogas? ¿Que se hace en las Escuelas e Institutos? ¿ Que hacen los padres? ¿Y la Iglesia? ¿Y la sociedad en su conjunto?
Desde luego, mal vamos por este camino y el futuro se presenta bastante negro, aunque a la Ministra de Sanidad, que debería preocuparse y mucho, solo se le ocurra poner en duda la fiabilidad de los dapos facilitados por las Naciones Unidas y todos - metámosnos todos - miremos para otro lado, como si con nosotros no fuera.
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