Se ha convertido en el tema recurrente de la política española en los últimos tiempos, como una de las consecuencias del intento secesionista catalán, y en nuevo motivo de enfrentamiento entre las dos grandes formaciones políticas de nuestro país y excusa para las restantes para meter baza en asunto tan trascendental como es el de la reforma del texto que hace treinta y seis años viene regulando la democracia con la que nos dotamos tras el prolongado paréntesis de la dictadura...
Parece por tanto que el problema exclusivo, el único asunto que debería merecer nuestra atención y desde luego marcar la agenda política de los partidos es el de la reforma de la vigente Constitución, necesitada desde luego de algún retoque que la perfeccione y la actualice, pero que en absoluto es el verdadero problema de España, en la que la voracidad de las Autonomías, el empeño de algunas de estas de alcanzar mas prerrogativas por lo que amenazan impunemente con romper la baraja sin que nadie ni nada se lo impida, el paro, la desigualdad social, la demencial organización de la educación o la sanidad y por supuesto la corrupción que afecta prácticamente a todas las fuerzas políticas pero también a la práctica habitual de los ciudadanos bien que requerirían la adopción de medidas previas a esa pretendida reforma constitucional.
Por eso, en este día en que se cumple un nuevo aniversario de la actual Constitución española, además de lamentar las pintorescas salidas de tono de los representantes de Izquierda Unida, que a pesar de haberla aprobado en su día no han querido sumarse a la celebración, además de las ausencias de los representantes de ciertas Autonomías nacionalistas, por encima de todo ello y de la reiterativa insistencia del PSOE para que se proceda a la comentada reforma del texto, es preciso resaltar que nuestra Carta Magna nos ha permitido gozar del período mas dilatado de convivencia entre los españoles y ha sido la plataforma sobre la que se asienta nuestra incorporación al conjunto de las democracias occidentales...
Así que, mal que le pese a algunos, ¡feliz Día de la Constitución!
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