sábado, diciembre 20, 2014

Contrastes...

Sin duda estamos en un país de contrastes que en estas últimas fechas del año, con motivo de las vísperas de Navidad, Año Nuevo y Reyes se acentúan de forma exponencial ya que por todas partes se puede apreciar el trasiego de la gente tanto por la calle como por los pasillos de las grandes superficies comerciales y desde luego también en el comercio tradicional, aunque se siga proclamando que las ventas no acaban de arrancar y la impresión generalizada de los ciudadanos sea la de que no se acaba de superar la crísis - esa que con Zapatero no existía - que estuvo a punto de llevarnos a ser intervenidos por la comunidad europea como les ocurrió a irlandeses, griegos y portugueses...

Pero las terrazas de bares y restaurantes siguen cada vez mas repletas de público, especialmente en las jornadas de vísperas de festivos, y a pesar de que son muchos también los que tienen que acudir a la ayuda de los llamados comedores sociales, regentados por comunidades religiosas - no se olvide esto - o por Onegés lo cierto es que de alguna parte parece salir el dinero necesario para la activación de este consumismo que es apreciable en todas partes y desde luego en nuestra ciudad.

¿Acaso se gasta lo que podría destinarse al ahorro familiar? Posiblemente así sea ya que de otra forma no se explica que sin haber superado las consecuencias de la crísis, como cada día se encargan de recordarnos desde tertulias e informativos de Medios audiovisuales, la gente no se recate de gastar lo que, según se repite insistentemente, no tiene ya que o bien se priva de necesidades vitales en el hogar - alimentación sobre todo - o lo quita de otro lado que bien podría ser, como se apunta anteriormente, del ahorro que se practicaba en otras épocas en las que se contaba con una buena Cartilla como respaldo seguro...

Es decir que parece no corresponderse el mensaje machacón de que todo va mal y la crísis no se remonta con lo que, simplemente al pasear por las calles, uno puede percibir. ¿Cual es la situación real, entonces?

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