martes, diciembre 30, 2014

Demasiados reinos de Taifas...

Causa junto a la natural decepción verdadero enojo comprobar como en España, desde que votamos por la Democracia y se aprobó la vigente Constitución que consagra el llamado Estado de las Autonomías no hemos sabido alcanzar salvo en muy contadas ocasiones el necesario equilibrio entre las competencias de los diecisiete reinos de Taifa en que se repartió el territorio nacional además de las plazas del Norte de Africa - Melilla y Ceuta - y el Estado central por lo que lo habitual es el permanente rechazo de aquellas a las leyes e iniciativas de este y la consiguiente presentación del correspondiente recurso ante el Tribunal Constitucional que, por supuesto, con tanta carga de trabajo y la alta responsabilidad sobre los asuntos sobre los que debe decidir no acaba de dar abasto...

Y como aquí, por historia, la fragmentación en Taifas es algo que parecemos llevar en la sangre y a ello deberíamos añadir la comprobada imposibilidad de conciliar ideologías políticas no puede extrañar que cada vez que en Madrid se deciden a aprobar en el Congreso una determinada Ley inmediatamente desde alguna de las llamas ahora Autonomías - las modernas Taifas de los árabes - se adopte el acuerdo de recurrirla ante el referido Constitucional paralizando en muchos casos la aplicación de aquella o dejando al menos la incertidumbre de si finalmente podrá entrar en vigor algún día.

Especialmente este problema se acentúa cuando a lo aprobado por el Gobierno de España se le contraponen intereses ideológicos de alguna Comunidad en manos de fuerza política distinta a aquel y por consiguiente se trata de un pulso para averiguar quién puede mas sin tener en cuenta que esa actitud puede ser perjudicial y de hecho lo es para el conjunto de los ciudadanos del Estado que además de pagar sus impuestos tienen que soportar pacientemente las ocurrencias de sus dirigentes...

Así que menos resistencia numantina desde las Taifas y mas sentido nacional que pasa por supuesto por ser solidarios con España. ¿O no?

No hay comentarios: