martes, diciembre 09, 2014

Acabar con la violencia en el fútbol.

Ahora resulta, que tras dos muertes, los dirigentes de esa asociación llamada Liga de Fútbol Profesional, que ha tardado años en comenzar a vislumbrar que una de las causas de la crísis del fútbol en España deviene sin duda del desigual reparto de los derechos televisivos entre los distintos clubes, llevándose la mayor cantidad con diferencia el Real Madrid y el Barcelona, mientras a equipos modestos les corresponden apenas unas migajas, quieren poner coto a la violencia en este deporte de masas y para empezar se ocupan - según cierta prensa deportiva - de la llamada violencia verbal en los Estadios, donde los aficionados lanzan improperios contra otros conjuntos rivales...

Y ya se sabe que en esto del catálogo de insultos y vejaciones verbales contra otros no existe una regla fija pues mientras que algunos tacos en nuestra tierra - Andalucía - son parte de la conversación cotidiana y no tienen por tanto mayor significado, esas mismas frases en otras latitudes pueden ser consideradas como motivo para emprenderla a tortas contra quién las pronuncie por lo que cabe preguntarse ¿quién es capaz de fijar donde está el límite de esa pretendida violencia verbal que ahora se quiere sancionar.

Por si lo anteriormente dicho no fuera suficiente, ¿acaso no es propiciar violencia desde las altas instancias deportivas el tratar de castigar lo dicho o cantado en algunos campos este pasado fin de semana e incluso anoche sin que todavía se hayan aprobado y anunciado unas normas al respecto?. Digo yo que habrá que determinar un punto y aparte antes de sancionar ya que de lo contrario, por ejemplo, habría que retrotraerse a otras ocasiones en las que no ya una afición de un club sino todos los habitantes de una ciudad como Sevilla han sido gravemente insultados desde el graderío de un campo de fútbol, concretamente el "Vicente Calderón·" desde el que se ha cantado reiteradamente un año y otro y bien clarito "sevillanos, yonkis y gitanos" sin que haya pasado nada. 

¿O no?

Muy bien está eso de erradicar la violencia, por desgracias cada vez mayor, del fútbol y expulsar de los clubes y sus respectivas aficiones a los violentos, pero no queramos ahora fabricar un traje para este problema sin haber tomado antes las medidas para confeccionarlo ya que el resultado puede ser aún peor.

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