lunes, octubre 06, 2014

El error del gas que lo pague el abonado.

Equívoquese usted que otros pagarán su error o algo así es lo que podríamos decir del asunto del depósito de gas Castor cuyo cierre reportará a la empresa unos mil trescientos millones de euros, que no está nada mal, cuya cuantía será prorrateada - a partes iguales, eso sí - entre los clientes y abonados que disponen en sus hogares del llamado gas ciudad después de que la construcción y almacenamiento de gas en este almacén submarino haya provocado numerosos y nunca aclarados movimientos sísmicos en zonas próximas a su emplazamiento, originando como es natural y lógico la consiguiente alarma social...

Pero así nos movemos en esta España que de tanto absurda decisión, que desgraciadamente siempre terminan pagando los paganinis, uno ya no acaba de entender muy bien pues si alguien se ha equivocado en sus cálculos al plantear este sistema de almacenamiento de gas - técnicos, políticos que lo autorizaron, empresa que soñaba con pingües beneficios, o vaya usted a saber quién - que sean ellos - los responsables de semejante decisión - quienes carguen con el muerto, es decir que asuman esa pequeña suma de mas de mil trescientos millones de euros. Total, nada.

Siempre se ha definido la actividad empresarial como la asunción de un riesgo calculado y lo mismo que cuando las cosas salen bien paradas el empresario es quién percibe los réditos, naturalmente también hay que estar a las duras cuando la cosa viene mal dada como en este caso del depósito de gas Castor y sus daños colaterales, pero por lo que se ve alguien, tal vez para no molestar, ha pensado que lo mejor es repartir las consecuencias del error entre aquellos que confiadamente se abonaron en su día a dicho servicio de gas ciudad y con sus cuotas mensuales han venido sosteniendo hasta la fecha a las empresas suministradoras y a los que, como en el antiguo refrán, se les pretende aplicar ahora aquello de que si no quieres arroz, dos tazas...

Sin mas comentarios.

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