Una vez mas y van... llega el momento de alterar el curso normal del tiempo y retrasar una hora nuestros relojes, en la madrugada del próximo domingo, para adoptar el llamado horario de invierno al que muchos llaman el bueno pues permite disponer de sesenta minutos mas de tiempo de descanso mientras que el que deberemos efectuar en el último fin de semana del mes de marzo de 2015 sigue siendo, para una gran mayoría de personas, el malo ya que esa noche nuestros relojes menguan la hora que ahora ganaremos. Total, la ley de la compensación, con seis meses de por medio...
Y al hablar de ese cambio para ahorrar energía como algunos argumentan, para adaptarnos al horario europeo, según afirman otros, es necesario resaltar que esta costumbre, implantada hace ya algunos años desde que quedó establecida se ha convertido en motivo obligado de polémica entre quienes la consideran útil y beneficiosa y aquellos otros - que son también legión - que estiman que a nada conduce y que pocos o ninguno son los beneficios que reporta, aparte claro está - en este cambio del otoño - del trastorno que pueda significar para el organismo humano, tema este que bastantes consideran poco menos que absurdo.
Pero lo cierto es que abordamos un nuevo cambio horario como tendremos que hacerlo nuevamente en la próxima Primavera y a los muchos temas de conversación que maneja nuestra sociedad ahora añadiremos este de la modificación del reloj, para ganar mas horas de luz por la mañana e inevitablemente perderlas por la tarde lo que sin duda representa para no pocas personas - de la pérdida hablo - un trastorno vital al alargarse la noche y disminuir el día asunto este que nos acompañará hasta los últimos días del invierno y las vísperas de la Primavera...
Por el momento, dicho esto, no olvide usted mañana retrasar las manecillas de su reloj...
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