viernes, abril 13, 2012

Silencio y locuacidad

Con estas dos palabras se podría definir, hasta la fecha, la actitud del nuevo Gobierno del Partido Popular, que no habla cuando debería hacerlo, para explicar con rotundidad y suficiencia sus medidas, sus decisiones, sus compromisos con la realidad y con los dictados de la Unión Europea y se muestra peligrosamente locuaz cuando la prudencia aconseja precisamente lo contrario y, sobre todo, no decir lo que no se debe manifestar y especialmente no pronunciar frases inconvenientes contra colectivos como, por ejemplo, los funcionarios...

Claro que esto, en España, no es nuevo y ya ha ocurrido con Ejecutivos anteriores, desde la época del primer Gobierno presidido por Felipe González - ¿recuerdan, el de los Penenes? - hasta nuestros días. Por eso no deja de sorprender que se sigan cometiendo los mismos errores y que hoy como ayer o no se habla cuando se debe o se suelta la lengua en demasía, provocando conflictos innecesarios que tensionan todavía mas la crispada realidad de nuestra sociedad, ante la precariedad de la economía, el paro, los recortes y cuanto se le ha venido encima en los últimos años.

Es quizá la mayor asignatura pendiente del quehacer del actual Gobierno, enfrentado a una oposición que ha elegido el camino de la confrontación permanente con el Ejecutivo, como vía para recuperar el poder, poniendo en riesgo ante el mundo la credibilidad del país, lo cual podría llevarnos a una situación irreversible similar a la padecida por Grecia o Portugal. Por eso se hace urgentemente necesario que la política de comunicación mejore y articule cauces para que el ciudadano perciba no solo la cercanía de sus gobernantes sino para que pueda entender la necesidad de las medidas que se están adoptando y por otra parte evite salidas de tono como la del Secretario para las Administraciones Públicas con su chistecito, nada gracioso por cierto sobre los funcionarios...

Esperemos que aprendan y cuanto antes mejor.

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