sábado, abril 14, 2012

No respetan a la Afición.

El problema es, desde luego, que se apretó tanto a los operadores de televisión, con el pago por los derechos de retransmisión de los partidos de fútbol, que ahora son precisamente los canales los que disponen a su antojo, con la complacencia de la llamada Liga de Fútbol Profesional, para fijar el horario de los distintos encuentros, dándose los continuados despropósitos a los que durante el curso de la pasada y la actual Liga estamos asistiendo, lo que directa y negativamente repercute en los ficionados, cuyo único derecho al parecer es el de pagar religiosamente su abono y nada mas...

Por eso ponen partidos a las cuatro de la tarde en lugares como Sevilla, en épocas casi de canícula, o condenan a un mismo equipo a jugar varios lunes seguidos u obligan a otro - el Real Betis -  a adelantar el suyo treinta minutos para que los dos equipos estrella - ya se sabe, Madrid y Barcelona - puedan contar con una previa a su Clásico y no existe el menor reparo en retrasar media hora el comienzo de un encuentro - el Sevilla-Levante - para que - ¡ asómbrense, la televisión pueda ofrecer la rueda de prensa posterior al partido de Mouriño y Guardiola, que sin duda es algo imprescindible para los seguidores de ambos conjuntos y para el resto de los aficionados ! -

Semejante falta de respeto con la afición de un equipo, con la seriedad y la lógica por la que debería regirse el calendario, con el sentido común, se califica por si sola y evidentemente supone una clara agresión a quienes, de verdad, pagan el fútbol con sus abonos o adquiriendo entradas, a quienes son la base de este deporte, que cada vez lo es menos precisamente por estas cosas, y una clara demostración de que la Liga de Fútbol Profesional está al servicio de los intereses de los Operadores de Televisión, que tienen la exclusiva de las retransmisiones, y no muestra la menor consideración con los seguidores de los clubes, excepto claro está con los de los dos poderosos...

Pero que sigan así, incluído el desigual reparto de los dineros por derechos de retransmisiones televisivas, que finalmente terminarán cargándose la gallina de los huevos de oro. Si no, al tiempo.

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