lunes, abril 16, 2012

Inoportuna caida

La inoportuna caida de S.M. el Rey, de cacería en Botsuana, ha provocado en nuestro país una generalizada reacción entre quienes critican el viaje al extranjero del Monarca, la caza de un elefante y la falta de transparencia de la Zarzuela con respecto a estas actividades del Jefe del Estado al que, por parte de muchos, se le niega lo que se defiende a ultranza para el resto de los ciudadanos; es decir; el respeto a su vida privada, reactivándose en el país la inveterada costumbre de confrontar Monarquía o República lo cual, por muchas irregularidades que quieran adjudicarse a esta situación, no deja de ser bastante desproporcionado...

Ciertamente, en este suceso, ni parece lo mas oportuno - por mucho derecho que cada cual tiene de comportarse como crea y entienda que puede hacerlo - participar en un Safari para cazar elefantes en la situación de crísis que vive España, ni abatir animales salvajes pagando miles de euros, aunque Botsuana haya hecho de esta actividad una suculente fuente de ingresos para sus arcas - que esto no debe olvidarse en esta cuestión - ni que quede la razonable duda de falta de transparencia en la comunicación pública de las actividades del primer ciudadano de España sobre si su viaje había sido puesto en conocimiento del Gobierno o no, como debiera ser norma.

Por eso, y al igual que aquí ocurre con el tradicional anticlericalismo de los españoles, no es de extrañar que con ocasión de esta inoportuna caida del Rey - al que cabe desearle pronto y total restablecimiento - se haya originado una oleada oportunista de críticas, condenas, descalificaciones del sistema y pintorescas sugerencias sobre el futuro de la dinastía que son, sin duda, la excusa para atacar la institución monárquica que en esta ocasión, hay que decirlo también, es la que ha dado lugar a semejante reacción con su comportamiento...

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