La estupidez a caballo.

Hace falta ser mentecato para decir lo que ha dicho el señorito sobre los andaluces y su escasa vocación para el trabajo, cuando que se sepa no destaca su curriculum por su entrega "a ganarse el pan con el sudor de su frente", cumpliendo la sentencía bíblica y todo lo mas ha dedicado buena parte de su existencia a contemplar la realidad desde lo alto de un caballo, que suele distorsionarla bastante como se ha podido comprobar.
Para colmo, habilmente condicionado por el intrépido reportero, ni se percató de que le estaban tendiendo una trampa para que apareciera ante la opinión pública como realmente lo que ha demostrado ser, para mayor escarnio de su propia persona y del apellido que ostenta que lo vincula a una noble cuna. Listo que es el muchacho...
Y no es que para Andalucía y los andaluces tenga la menor importancia ni signifique desprestigio alguno semejante majadería verbal, pero ya está bien de tener que aguantar este tipo de pretendidas descalificaciones que lo mismo las suelta un politico catalán, que una pija del PP castellano, cuando lo mejor que podrían hacer es tener la boca cerradita y mirarse a si mismos antes de hablar.
Pero está visto que el personaje de esta imbecilidad es la propia personificación de la estupidez a caballo. Así nos va, con estos indivíduos...