Pacheco el de las motos.

Esta misma mañana han recibido cristiana sepultura sus restos mortales, en el Cementerio de Jerez, y con su fallecimiento no solo nuestra Ciudad sino el deporte español y muy en concreto el mundo del motociclismo nacional - tan pujante en la actualidad - han perdido uno de sus principales impulsores ya que desde su incansable actividad, al frente del Moto Club Jerezano, Francisco Pacheco Romero trabajó con ilusión y entusiasmo en la promoción y la consolidación del deporte de las dos ruedas, de lo que muy bien fueron testigos y pueden dar testimonio figuras como Ángel Nieto, que por él sentía verdadera admiración y respeto y que nunca faltaría a la convocatoria de Pacheco el de las motos - como le conocía todo el mundo en nuestro pueblo - para participar en el mítico Premio motociclista Nuestra Señora de la Merced que tantos años tuvo como escenario las calles y plazas jerezanas...

Se nos ha ido Francisco Pacheco, el querido Paco Pacheco para los amigos, tras vivir noventa y tres años y lo ha hecho, como siempre se comportaría en vida, sin apenas hacer ruído, como para no molestar, ya que quién fué sin duda el auténtico promotor del Circuito de Velocidad de Jerez, esa joya deportiva que tenemos en la ciudad, de la que ahora desde el desembarco de la Junta de Andalucía en su capital social ya no existe por lo visto motivo de polémica como antes, que nació precisamente como colofón de todo lo que Pacheco, el de las motos y con él cuantos formaron parte del Moto Club Jerezano, hicieron por el deporte de las dos ruedas en nuestra ciudad y en España, ya que Pacheco, el otro del mismo apellido, emprendedor Alcalde sin duda, lo que hizo fué materializar el sueño que los organizadores del Premio de la Merced persiguieron desde una línea de sencillo y eficaz trabajo, nada fácil por cierto.

Todavía recuerdo como le brillaban los ojos a Francisco Pacheco Romero el día en que, por invitación del entonces Alcalde Pedro Pacheco, un grupo de jerezanos tuvimos la suerte de conocer los terrenos donde poco después se llevaría a cabo la construcción del Circuito de Velocidad jerezano y como al escuchar las explicaciones técnicas sobre desmontes, explanaciones, trazado de pista, torre mirador, tribunas y demás instalaciones se sorprendía y sonreía, tal vez pensando como había él logrado traerse a correr a Jerez a los mejores pilotos de la época por unas pocas miles de pesetas, una amigable sonrisa y un refrigerio - abriendo el maletero de su coche donde una nevera refrescaba el vino de la tierra y unos paquetes contenían buen jamón y caña de lomo - que obtenía siempre la mejor acogida de las figuras mundiales del motociclismo y su compromiso para participar en nuestra famosa carrera...

Se ha ido, sin apenas darnos cuenta y con su marcha nos deja esa agridulce sensación que provoca en los corazones la ausencia de un amigo. De un buen amigo.

Descanse en paz...