Ahora que ciertas plataformas claman contra las tésis machistas de Blancanieves y la Cenicienta, por aquello de poner la solución del problema en manos de príncipes apuestos y gentiles y situar a la protagonista femenina en un plano - entienden - desigual con respecto al varón de la historia, uno quiere preguntar públicamente si saldrán también defensores del hermano lobo - del que nos hablara el Santo de Asís - al que en nuestros cuentos se maltrata con evidente desconsideración, llamándole Lobo feroz y engañando a los cabritillos de otra de las historietas enseñando una patita, que no es la suya, por debajo de la puerta, para poder alcanzar su malvado propósito de comerselos...
Y es que el lobo, especie ciertamente amenazada y desde luego necesaria para que se cumpla el ciclo vital de la naturaleza, también es injustamente tratado en los cuentos infantiles, presentándole como una peligrosa alimaña y hasta ahora, que se sepa, nadie ha salido en su defensa, nadie ha alzado su voz, como en el caso de las féminas, para solicitar para el animal mayor consideración y respeto.
Semejante desconsideración pone además en evidencia la desigualdad, por parte de ciertos colectivos e individualidades, en el trato de los personajes según su sexo, lo cual es tan deplorable como lo contrario, es decir, que para defender la figura de la mujer no es necesario caer en el rídiculo despropósito de condenar a estas alturas obras de la literatura infantil de todos los tiempos, célebres en el mundo entero, con la que han disfrutado millones de niñas y de niños, sin añadir a su lectura la malévola interpretación que ahora, unos cuantos, tratan de introducir en la opinión pública, así como quién no quiere la cosa...
Por eso, clamemos también por la defensa del lobo, que el pobre está solito en el bosque, tiene frío y nadie le acompaña y le abriga...
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