Y eso que, según informaciones difundidas por diversos medios convencionales, la Policía local, al menos en Jerez que sepamos, en cumplimiento desde luego de una de sus funciones, ha dado unas cuantas batidas y ha logrado incautarse de una buena cantidad de petardos y cohetes, que si no...
Pero lo cierto es que un año y otro, por mucho que se diga y que se pregone que se hace, siguen atronando nuestras fiestas de Navidad el insoportable estampido de petardos y cohetes, como si en lugar de celebrar una fiesta conmemorativa del nacimiento de Jesús, estuviésemos en plenas Fallas de Valencia, donde los fuegos artificiales y cuanto con ellos se relaciona se convierte, sin duda, en arte.
Aquí, desde luego no, pués los "lanzadores" lo hacen por estúpida diversión, para provocar el sobresalto de los transeuntes y en absoluta impunidad ya que todavía no hemos visto ninguna relación de gamberretes a los que, por su evidente mal gusto, se les haya impuesto una sanción ejemplarizante.
Es decir, que además de la incautación preventiva, que está muy bien, habría que vigilar la vía pública y castigar a los petardos que los tiran, sin el menor miramiento, a los pies de personas mayores, chicas jóvenes o pacíficos ciudadanos provocándoles un susto mayúsculo...
Con lo guapitos que estarían tomándose un refresco o, si tienen edad, una cervecita.
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