Sería estupendo.
Pero resulta, por desgracia, que el espíritu de la Navidad, incluso entre los que están mas llamados a respetarlo y cumplirlo, es bastantes veces demasiado efímero y superficial y en cuanto se apagan las guirnaldas de luces que adornan nuestras calles, todo vuelve a la rutina y la normalidad, es decir, a la insolidaridad y el egoismo del apártate tu que me pongo yo y así nos va.
Por eso, en esta Nochebuena de 2007, víspera de la Navidad luminosa en que se conmemora, por parte de los creyentes, el nacimiento en Belén del Hijo de Dios, queremos dejar este mensaje de esperanza y soñar con que no sean solo buenas palabras las que intercambiemos con los demás; con nuestros amigos y vecinos, con los compañeros de profesión y de trabajo, con quienes comparten con nosotros alguna cosa y también con quienes piensan y actúan de manera muy diferente; con todos en fín para que entre todos - "para hacer esta muralla, juntemos todas las manos", que dice la canción - seamos capaces de construir ese mundo mejor que el Niño nos anuncia con su venida al mundo...
Por eso, de corazón, a todos vosotros lectores, FELIZ NAVIDAD.
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