Lo de los políticos que salen elegidos por unas siglas determinadas, es decir, al amparo de un partido concreto y que cuando les parece bien lo dejan y se marchan, primero al llamado Grupo Mixto, como no adscritos eso sí, y finalmente al del grupo que gobierna al que suelen otorgar de esa manera la mayoría cómoda para controlar una ciudad, una institución e incluso un país; vamos los Tránfugas de toda la vida; no deja de ser curioso, según las circunstancias o la necesidad de tener que contar con ellos...
Viene esto a cuento por lo útil que han resultado al Gobierno de ZP, a la hora de salvar de una segura reprobación a la "bien plantá" de la Ministra de Fomento, la llamada, en su etapa de Consejera de la Junta de Andalucía, "Mandatela" Álvarez que se ha salvado precisamente por quienes ostentan esta gloriosa condición en el Congreso de los Diputados y lo dignos de reprobación que se consideran, por representantes del propio partido del PSOE en algunos casos similares en la provincia de Cádiz, donde para ellos se pide poco menos que la desaparición de la vida pública.
¿En que quedamos?
¿Tránfugas si o Tránfugas "lapidados" - es un decir, naturalmente - ?
Dejemos a un lado la hipocresía, con respecto a quienes se cambian de partido o coalición, en la mayoría de las ocasiones por propio provecho y sin respeto a sus electores, y actuemos con el mismo criterio, tanto si favorece la medida a las siglas propias como si no, en beneficio de una auténtica Democracia libre de este tipo de sujetos que con su conducta hacen al sistema un flaco favor.
Todo lo demás, como en el asunto de la reprobación de la titular de Fomento, a cuenta de su altanería y los muchos errores e incidentes propiciados desde su Ministerio, es un claro subterfugio para enmascarar la realidad y convertir lo despreciable en aceptable, para conseguir unos votos prestados.
Es decir, si queremos erradicar de una vez por toda esta práctica del cambio activo retribuido de Partido, modifíquese la vigente legislación electoral que ahora permite estas conductas del todo reprobables. Lo demás, hablar para la galería...
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