Cuando parecía atisbarse una nueva posibilidad de conjunción de las distintas corrientes Andalucistas para conformar, junto con otras opcione, un bloque sólido y capaz de asegurar la alternativa política a las dos fuerzas mayoritarias y hegemónicas en nuestra Comunidad, es decir, el PSOE y el PP, nuevamente las inquinas personales, los protagonismos, la falta de una idea clara de lo que realmente debería ser ese anunciado y nunca encontrado Andalucismo, parece que hemos vuelto a las andadas y antes de siquiera nacer un proyecto coherente y serio, lo hemos pasaportado, frustrando - tal vez definitivamente y sin retorno - el anhelo de no pocos ciudadanos de esta tierra nuestra...
Y lamentablemente, con la excusa de que la propuesta del PSA que liderara en su día Pedro Pacheco, de enterrar las siglas antiguas, la suya propia y la del Partido Andalucista, que ahora ¿lidera? Julián Álvarez y dar paso a una formación, a un bloque realmente nuevo, con proyectos e iniciativas renovadas, con posibilidades ciertas de hacerse un hueco en el panorama político andaluz es una exigencia inasumible de aquellos que impide al PA seguir hablando y buscando la convergencia para encontrar un camino común.
La historia de siempre, que debe causar hilaridad a los restantes partidos y que por supuesto, además de sonar a manida y renuente al conjunto de los ciudadanos les aleja inevitablemente de quienes no siendo capaces ni de hablar entre ellos, ofrecen más que serias dudas de tener capacidad alguna de liderazgo útil para Andalucía. ¡Una lástima, pero ya nos lo temíamos muchos andaluces...!
Así las cosas, parece que el tren del llamado Andalucismo, que un día bastante lejano ya fuera capaz de concitar la ilusión de gran parte de este pueblo y llevar al Congreso de los Diputados nada menos que cinco representantes, ha pasado definitivamente de la estación, para perderse en las vías del recuerdo y la nostalgia.
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