Hablamos, según datos hechos públicos por el propio Ministerio de Educación y Ciencia y recogidos por la prensa diaria, de la tasa de fracaso escolar en la que nuestra Comunidad Autónoma, es la que más ha crecido desde el año 2001, alcanzando el porcentaje de alumnos andaluces que no terminan la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) casi el treinta y cinco por ciento, lo que significa en términos reales que más de tres, de cada diez alumnos en nuestra tierra, no logran acabar sus estudios...
Y claro está, para combatir esta lacra no es legítimo manejar las estadísticas a conveniencia, como se denuncia en un comentario de Diario de Jerez - suponemos que publicado por todos los periódicos del Grupo Joly - firmado por A. Almárcegui, en el que se explican los diferentes criterios empleados por la Consejería de Educación y Ciencia, de la Junta, para maquillar estos datos tan poco alentadores, sino analizar en profundidad las causas de esta situación y desde luego afrontar, de una vez por todas, las carencias, limitaciones y deficiencias de nuestro sistema educativo.
Si pretendemos la convergencia con el resto de España y por supuesto con nuestro entorno de la Unión Europea, habrá que solucionar no pocas de las carencias que Andalucía viene arrastrando desde tiempo secular, pero si empezamos por dedicar todo nuestro esfuerzo a lograr alcanzar uno de los cinco objetivos marcados por la Cumbre celebrada en Lisboa, hace cuatro años, de reducir la tasa de abandono escolar, antes de los 18 años, al diez por ciento, sin duda estaremos contribuyendo a ese futuro mejor al que todos tenemos derecho y desde luego y por justicia, los Andaluces...
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