Lo mismo deploramos una cosa que otra, una actitud incívica y agresiva que otra, pues por ese camino, que toda persona de bien debe rechazar, la sociedad española no ofrece un futuro muy esperanzador y halagüeño ni perspectivas de convivencia pacífica y de reconciliación definitiva entre quienes, legitimamente, tienen diferente manera de pensar en lo político, en lo social o en lo religioso.
Hablamos, tanto de los incidentes xenófobos y "ultras" registrados en Madrid recientemente, que han costado la vida a un jóven e igualmente - salvando la distancia en las consecuencias finales de cada caso - de la gamberrada cometida contra un azulejo de la Macarena, situado en el exterior de su Basílica así como de los globos llenos de pintura tricolor arrojados al atrio de dicho templo, acompañados de frases atentatorias contra el Rey y otras relativas al régimen anterior, que son toda una clara muestra de intolerancia, de revanchismo y de odio que en este tiempo, transcurrido casi ochenta años de la lamentable guerra que enfrentó a unos españoles con otros, no se acierta bien a explicar y comprender...
Y estando de acuerdo con la recuperación de lo que se ha venido en llamar Memoria histórica, pués todos tenemos derecho a saber donde están enterrados nuestros difuntos y a darles la consideración y el respeto que como seres humanos merecen, habría que poner sumo cuidado en que una Ley reparadora de tal carácter no sea la causa de un nuevo enfrentamiento fratricida ni se utilice como pretexto para agredir a quienes piensan diferente a nosotros o, durante la contienda, estuvieron al otro lado, en muchos casos por que así lo impusieron las circunstancias de cada familia o incluso el propio y humano afán de superevivencia.
No se utilice pues la Ley que trata de reparar a quienes sufrieron la peor parte de aquella nefasta guerra como arma arrojadiza y tratemos todos de dar por terminada la contienda y hacer posible la Paz...
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