Llegaron a finales del siglo XIX a Jerez, para impartir clases gratuitas en la que aún hoy día sigue llamándose la Escuela de San José, fundando algunos años más tarde el Colegio de Mundo Nuevo, con idéntica finalidad y posteriormente el Buen Pastor y durante ciento veintincinco años se han ganado el respeto, la admiración y el cariño de la sociedad jerezana que los ve como algo propio y que, con no pocos gestos, ha reconocido en este tiempo esa impecable trayectoria dedicada a la formación integral de los más jóvenes...
Hablo de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, de los lasalianos, que fieles a su fundador, San Juan Bautista de La Salle, superando tantas veces innumerables dificultades, a través de períodos ciertamente convulsos de la historia de nuestro país, enmedio de una sociedad no siempre receptiva a su tarea, con abnegada constancia y tesón han sabido convertirse en un referente imprescindible en el panorama educativo de Jerez.
Ellos y con ellos toda la numerosísima familia lasaliana de la Ciudad - alumnos, padres de familia, antiguos alumnos, cooperadores... - están de celebración y por supuesto de enhorabuena, ya que cumplir un siglo y cuarto ininterrumpido en cualquier actividad y máxime en la de enseñar a los demás no es algo que suceda todos los días y desde luego bien merece ser festejado y conmemorado, como se proponen hacerlo los Hermanos de La Salle y mucho más si esta efémerides quiere concretarse en dos hermosos proyectos: el nacimiento de la nueva Parroquia de San Juan Bautista de la Salle, con cuya construcción está comprometida toda la comunidad lasaliana y la apertura y puesta en funcionamiento del Hogar La Salle de Jerez, para adolescentes toxicómanos...
Por eso, obligada es la felicitación a los Hermanos y a cuantos con ellos participan del mismo espíritu y el deseo de que, finalmente, como fruto de la conmemoración queden esa nueva Parroquia y ese Hogar que tanto bien pueden hacer.
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