lunes, septiembre 17, 2007

El Curso de la Epc


En el blog anterior se deslizó un "ruadas" en lugar de riadas al titular el comentario sobre las lluvias torrenciales de días pasados. ¡ Mil perdones!


Acaba de iniciarse en la provincia de Cádiz, al igual que en toda Andalucía, un nuevo Curso escolar para los alumnos de Infantil, Primaria, Secundaria obligatoria y Educación Especial, que este año, por la polémica que ha rodeado su aprobación, será el curso de la Epc, es decir, de la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía con la que se desea introducir en nuestro sistema educativo una materia recomendada por la propia Unión Europea aunque aquí, dado el matiz laicista y relativista que la impregna, es natural que surjan no pocos rechazos y objecciones a la misma por parte de bastantes padres de familia, educadores y jerarquías de la Iglesia Católica.
El pasado mes de julio ya escribíamos, en esta misma bitácora, que la legitimidad del Gobierno para implantar esta nueva materia se había visto seriamente comprometida por el sectarismo de los planteamientos y contenidos de la asignatura, pareciendo más bien que la misma tratara de desmontar la mayoritaria confesionalidad católica de la sociedad española - otra cosa sería como se vive y se practica entre nosotros - que preparar adecuadamente para el futuro a buenos ciudadanos, más solidarios, más justos y más libres, como sería lo lógico y natural.
Claro que eso no ocurre solo con la dichosa asignatura, a la que por cierto ha mostrado su más firma apoyo el Gobierno municipal de Jerez, olvidando entre otras cosas que una gran parte de los jerezanos a los que también representa la Corporación no comparten la misma opinión, sino con otros muchos aspectos de la vida española a la que el Gobierno parece empeñado en pasar por el tamiz de aquella célebre frase del entonces Vicepresidente y actual diputado Alfonso Guerra que afirmó que su partido se proponía que a España no la conociera "ni la madre que la parió". ¡Todo un programa de gobierno!
Pero a lo que vamos, que nuestros hijos y nietos están otra vez en los Colegios, públicos y privados, con los llantos consabidos de los más pequeños en sus primeras horas de clase, con la obligada "cuesta de enero" de sus padres como consecuencia de la compra de libros, uniformes, ropa de deportes, material escolar y los mil etcéteras más y si algo faltaba, la Epc para que la Iglesia diga, en algunos casos un no rotundo, en otros mire para el lado contrario o manifieste que ni si ni que no, por aquello de la prudencia episcopal, y para que los Colegios concertados tengan que admitir la trágala sin más remedio y sobre todo ante el temor de perder las ayudas que reciben y sin las cuales difícilmente podrían subsistir.
Por eso aquí, como en tantas ocasiones, hace falta un poco de racionalidad y que los padres de familia tomen conciencia de su responsabilidad y la exijan, ya que nadie, por encima de ellos, puede atribuirse el adoctrinamiento moral de sus hijos.

2 comentarios:

Alfonso Saborido dijo...

Estimado señor, en primer lugar le felicito por su blog. Es muy agradable que personas de la experiencia de usted, ejemplo para muchos a seguir, decida plasmar su trabajo en la red a través de un blog, lo que indica el amor que tiene usted a la comunicación y a compartir sus pensamientos e ideas con el resto del mundo, que en internet, es literalmente el mundo.

Por lo demás, si me lo permite, le hago el siguiente comentario a su post, porque no estoy de acuerdo con usted. Yo soy católico y estoy a favor de la asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos. No encuentro en ella nada que vaya contra mi Fe católica. Pero nada, y mire que he buscado como un ratón de biblioteca. El Gobierno de España claro que es legímito para implantar esta asignatura, que viene por mandato de la Unión Europea. Y el Gobierno local, también. Un gobierno, con mayoría absoluta, elegido, no olvidemos, con el voto de muchísimos católicos jerezanos. Porque no olvidemos, que el ser católico, no implica ser del Partido Popular, único partido parlamentario en contra de esta asignatura. Además, en nuestro gobierno municipal, tenemos dos eminencias en el mundo de la educación: por un lado, la misma Alcaldesa, Doña Pilar Sánchez, que es miembro del Consejo Escolar del Estado, y Don Casto Sánchez, que ha sido Director General de Ordenación y Evaluación Educativa; dos personas que saben mucho de democracia en la escuela, y nada sospechosas de querer adoctrinar a nadie.

Y no creo que en nuestra Iglesia, unos estén en contra, otros miren hacia otro lado, no, no. Nuestra Iglesia es muy diversa. Somos Iglesia tanto el Opus Dei como las Comunidades de Base. Somos Iglesia tanto las comunidades neocatecumenales como las hermandades. Son Iglesia tanto el Beato Juan XXIII como como el Papa Benedicto XVI. El primero creó con la ayuda del Espiritu Santo ese gran balón de oxígeno que fue el Concilio Vaticano II. Hoy , el Papa actual vuelve a traer el rito tridentino. Nuestra Iglesia es muy diversa, y no todos ni todas pensamos igual. Por eso, ante situaciones, como el caso de la parroquia de San Carlos Borromeo, o ahora, el de la EpC, y los que vayan apareciendo, habrá múltiples respuestas .

Andrés L. Cañadas dijo...

Estimado amigo: Posiblemente no haya sabido expresar con claridad mis ideas sobre la asignatura Epc con la que, en anterior comentario (ver Blog del lunes 23 de julio), me he mostrado de acuerdo.
Naturalmente que creo también en la necesaria diversidad de la Iglesia, aunque no comparta en absoluto su tibieza a la hora de trasladar a la sociedad determinados planteamientos, como es el caso que nos ocupa.
Prefiero, por supuesto, la osada valentía de un Juan XXIII, con su Vaticano II, que otras actuaciones y planteamientos vaticanos...
Sigo pensando que el Ayuntamiento de Jerez, mayoritario desde luego, no ha tenido en cuenta, a la hora de pronunciarse sobre este asunto, otras sensibilidades a las que igualmente representa y desde luego entiendo que por muy necesaria y recomendada por la Unión Europea que sea la asignatura que nos ocupa,no puede suplantar el papel de los padres en la educación moral y ética de sus hijos.
Gracias por sus palabras iniciales, que me estimulan a proseguir en este trabajo periodístico y tenga por seguro que respeto y considero su discrepancia con mis planteamientos.