jueves, marzo 27, 2014

Coros en Garaicoechea...

Es sin duda un fenómeno único e irrepetible que precisamente por eso - y desde luego por la insistencia a veces excesiva de Canal Sur - ha traspasado las propias fronteras locales para ser admirado, seguido y envidiado en otras latitudes donde les gustaría tener la capacidad que aquí se exhibe para la crítica mordaz, la ironía, la gracia y el arte popular protagonizado por Coros, Comparsas y Chirigotas, sin olvidar desde luego a los Cuartetos que por esas cosas admirables de esta fiesta, a veces son de tres y muchas veces, de cinco...
 
Hablo del Carnaval de Cádiz, en el que aunque quienes no lo conocen no acaban de entender que la Comparsa por muchas razones es la expresión del arte de esta fiesta, que tiene en las Chirigotas toda la gracia imaginativa del mundo y en los Coros el propio alma de la Ciudad cantando sobre una batea en las calles, cuya cumbre se encuentra sin duda el Domingo de Carnaval y sobre todo - mas íntimo y gaditano - en la fiesta local del Lunes en el que uno se puede encontrar con momentos irrepetibles como quién esto escribe ha tenido la suerte - la fortuna, diría mejor - de vivir este año junto al Arco de Garaicoechea, al lado mismo del Taller de Pepi Mayo, gracias a la avería del tractor que tiraba de una de las mencionadas bateas.
 
Y es que la mencionada avería permitió que dos Coros, nada menos que el llamado "de los Niños" y el celebérrimo liderado por Julio Pardo - cuyo tractorista acudía a ayudar al primero para superar el trance de su vehículo tractor que los había dejado tirados - se  enfrentaran pacíficamente disparándose Tangos y Cuplés, confraternizando al intercambiarse sus gorros y brindando a quienes nos encontrábamos allí unos minutos impagables que permanecerán vivos en nuestras memorias por mucho tiempo...

Esa es otra de las facetas de esta fiesta de Cádiz para el mundo por la que sin duda tenemos que felicitarnos,
 
 
 
 
 
 

1 comentario:

Mari Carmen dijo...

Muy buena descripción de los Carnavales Gaditanos mis prereferidos, desde que era un comino. Los conozco, los disfruto, los quiero y los admiro.
Sí, señor, El Arco de Garaicochea, del barrio de La Viña, el más chirigotero de Cai...

¡Qué de vivencias imborrables tengo acomuladas y bonitas!

Enhorabuena por esta entrada.

Saludos.

Mari Carmen.