jueves, marzo 13, 2014

A Pini, en el cielo de los perros...

 
Inesperadamente me llegó la noticia a través de un mensaje al móvil de tu ama y de verdad que se me encogió el corazón al conocer que te habías marchado al cielo de los perros - ese que estoy seguro existe - y que el Poverello de Asís se encargó de suplicar a Dios para que allí pudieran recibir su recompensa, junto con los de otras especies animales, los perros que día a día se entregan, por fidelidad, a sus dueños aquí en la tierra...
 
Te has marchado, como siempre has sido, discretamente, como no queriendo causar dolor con tu ausencia, en el escaso tránsito de pocas horas que precisamente por eso se nos han hecho tan insufriblemente breves. Como procurando que los niños no se dieran cuenta de que ya, lamentable y tristemente, no podrán verte mas, corretear contigo, disfrutar con tus saltos y tus carreras, de tus ladridos de júbilo y tu hermosa imagen casi de peluche, esa que provocaba el que todos se volvieran a contemplarte cuando  pasabas a su lado por la calle. Y es que eras tan bonita.
 
Sorpresivamente te has ido, como inesperadamente llegaste de la mano de tu dueña, que desde el primer día compartió tu propiedad con nosotros y en el fondo del corazón nos has dejado, como regalo, el hermoso recuerdo de haber gozado de tu fidelidad, de tu compañía, de tus juegos, de esa estampa irrepetible de verte nadar en el mar, como naturalmente corresponde con todo buen perro de agua, de tus juegos con nuestros niños, pero al mismo tiempo una indefinible soledad, un vacío que será muy difícil de llenar...
 
Sabes, querida Pini, que te recordaremos siempre...
 
 

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