jueves, diciembre 26, 2013

Balances...

Como cada año, llega la hora de realizar el correspondiente Balance que no es lo mismo que el momento de rendir cuentas, algo que aquí, en la instancia que sea, casi nadie hace salvo muy contadas excepciones pero es esta la ocasión de que quienes gobiernan nos hablen de las excelencias de su gestión y de que la oposición lance sus aceradas críticas contra los que detentan el poder y que desde este se descalifique la tarea opositora de aquellos que aspiran a ocupar la poltrona; la hora de que todos nos intercambiemos buenos deseos de un año feliz, casi siempre de forma superficial y repetitiva y de anunciar proyectos e ideas que, salvo en raras ocasiones, podremos llegar a ver convertidas en realidad...

Y esto es así desde que el mundo existe y mucho nos tememos que así seguirá, como una rutina carente de sentido y sobre todo de autenticidad aunque quede bien y se haya convertido en un hábito social mas de esos que revisten el comportamiento humano y que en los días previos a que el almanaque nos anuncie en tránsito de un año a otro se acentúan hasta la saciedad.

Palabrería hueca y vacía que en el quehacer cotidiano de los profesionales de la política, aquí y desde luego en otras latitudes - no es este mal exclusivo de España - se practica especialmente en las semanas previas a la llegada de un nuevo año al que si recibimos con uvas y cava - aunque no sea catalán - debiéramos saludar con el compromiso auténtico de ser mas transparentes, menos engañosos, menos falaces, mas austeros, mas puros, menos botarates, menos falsos y mas solidarios como la mejor receta para que el progreso sea posible...

Será ese el camino para que nuestros balances no sean simplemente un fraude.

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