viernes, diciembre 07, 2012

Patios de Córdoba

Son muchos, sin duda, los hermosos patios que diversas ciudades andaluzas ofrecen a la admirativa contemplación de propios y extraños, herencia de un pasado en el que varias civilizaciones dejaron su indeleble huella en nuestra cultura, en nuestras costumbres, en una forma y manera de vivir muy singular de esta tierrra nuestra pero evidentemente el fenómeno cordobés de sus patios, guardados celosamente por sus vecinos, rebasa estos naturales límites para convertirse en lo que ahora, tras varias tentativas frustradas, ha venido a reconocer la UNESCO, que no ha podido por menos que calificar a los Patios de la ciudad de los Califas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, haciendo justicia y bien que merecida...

Y es que los Patios de Córdoba - la callada romana y mora, de Manuel Machado - además de su sencilla e impresionante belleza, cuyo ingrediente principal son las flores y las plantas junto a la cal de las paredes, ofrecen el elocuente testimonio de lo que pueden lograr los andaluces cuando, todos a una, se deciden a emprender alguna iniciativa; en este caso la de cuidar el entorno donde residen o donde lo hicieron de niños junto a sus padres y  aportar su esfuerzo a la mejor imágen de la ciudad que les viera nacer y por la que precisamente con dicha entrega y dedicación  se afanan  cada día y especialmente en el mes de mayo.

Tuve, hace años ya, la dicha y la honra de ser miembro del Jurado que calificaba los Patios presentados al concurso que convoca el Ayuntamiento cordobés - todavía conservo como entrañable recuerdo la escarapela que nos distinguía a los componentes del mismo - y desde entonces quedé absolutamente prendado de actividad tan espontánea, en la que tantos centenares de cordobeses participan y que ha logrado concitar en torno a si el interés y la admiración de millones de personas en tantos lugares de España o de países lejanos que al llegar a Córdoba, además de buscar su impresionante Mezquita-Catedral, se dedican a recorrer el vericueto de calles y callejas donde reinan estos lugares míticos producto del afán y la imaginación de sus vecinos...

No es extraño pues la satisfacción que este reconocimiento ha generado y lógica la alegría de los cordobeses por haber visto por fin premiado ese tesoro que constituyen sus tan célebres Patios.

¡Enhorabuena!

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