lunes, diciembre 03, 2012

Aeropuertos sin aviones; trenes sin viajeros...

En un demencial despilfarro de políticos, de empresarios y de muchos curritos, este país nuestro, instalado en el dólar tomó por las hojas el rábano de la fábula de "Aladino y su lámpara maravillosa" y se dedicó a gastar lo que no tenía y, sobre todo, lo que no podría tener en el futuro y así se llenó de pantallas de plasma de cuantas mas pulgadas mejor, de coches de alta gama último modelo, de inversiones sin contrastar en los llamados bonos basura, se puso a embarcarse en los cruceros que prometen las mil y una noche en rutas mediterráneas o caribeñas y como no podía ser menos, inició una carrera sin retorno montando Aeropuertos donde aún no saben los que es un avión y a programas trenes de media o larga distancia sin contar para ello con la demanda de los pasajeros...

Total, un desastre ante el que nadie ha respondido hasta la fecha, ni ante la justicia - o acaso muy pocos - ni siquiera ante su propia esfera familiar, administrativa o empresarial para pedir perdón y para asumir la responsabilidad de semejante locura y despilfarro. Y es que si en la Caja no hay un euro, ¿como se puede gastar sin ton ni son lo que no se tiene ni se espera?. Pero como nadie decía nada, todo era tirar para adelante sin mirar atrás y sobre todo, en los casos de aquellos cargos públicos que cayeron en semejante política de gasto inutil nadie les pidió explicaciones o los puso ante los tribunales de Justicia, pues así nos ha ido y así nos va en un país en el que, como dijera el visionario ZP - ese por el que su Partido o al menos unos cuantos militantes están pidiendo perdón -" no había crisis".

Por eso ahora solo nos queda el consuelo de quito de aquí y también de este otro lado y no pongo ni en uno ni otro, que no hay mas que telerañas en la Caja del Estado, aunque la irresponsable y peligrosa demagogia de bastante representantes políticos anteponga sus criterios partidarios a la realidad, cruda y menguada, que nos rodea y afecta a todos, ellos también incluidos...

Y así va esta España nuestra, con modernos aeropuertos de cartón piedra en los que ni los pájaros vuelan y líneas férreas - lo acaba de manifestar la Ministra de Fomento - en las que los viajeros brillan precisamente por su ausencia. ¡De locos!

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