Para contribuir a incrementar el respeto de la ciudadanía por la labor de los políticos, para reforzar la imágen que de ellos nos hemos forjado en los años que llevamos ¿disfrutando? de la Democracia, para demostrar lo importante de su labor, van dos de sus señorías de la Cámara autonómica de Madrid y durante la celebración de una sesión plenaria en la que se debatía, nada menos, que la aprobación de la llamada Ley de acompañamiento presupuestario que permitirá proseguir con la proyectada privatización de la sanidad madrileña y dedican su atención y su tiempo a jugar con sus móviles al divertido pasatiempo de "Apalabrados" , en lugar de seguir los debates y tratar de aportar alguna idea o sugerencia sobre tan esencial cuestión dejando con ello bien patente la inutilidad de su presencia en semejante foro y el despilfarro que supone pagarles los buenos dineros que estos parlamentarios reciben por su condición de tales....
Y si tan solo fuera este caso, aunque sin justificación desde luego, todavía, pero es que no solo se trata de un hecho aislado sino que en numerosas ocasiones se han repetido situaciones similares que vienen a demostrar que este sistema de partidos y consultas electorales sobre los que se asienta el llamado régimen de libertades que se concreta en el témino democracia del que nos hemos dotado los españoles tiene, sin duda, una evidente tara de imperfección y perversidad con la que o se acaba pronto por la vía de las leyes que le pongan coto y prevean estas desverguenzas o el mencionado sistema puede terminar autofagocitándose por justificado hartazgo de los ciudadanos.
Así que vamos a dejar de jugar con quienes con sus impuestos y sus votos sostienen este entramado, vamos a dedicarnos con honestidad y rigor a la tarea para la que hemos sido llamados a la cosa pública, en la que nadie nos ha obligado a entrar, y tratemos de representar con dignidad, decoro y honradez el papel que nos corresponde como servidores públicos. De lo contrario, señorías ¡váyanse a la mierda! donde podrán seguir jugando con sus maquinitas todo el tiempo que quieran, sin cobrar por ello de los dineros públicos...
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