lunes, octubre 15, 2012

Un salto al vacío

La búsqueda, por el hombre, de nuevas metas es una constante a lo largo de la historia y ha llevado aparejada casi siempre avances y progresos que han permitido a la humanidad ir accediendo a conquistas útiles y provechosas en una larga relación de logros cuya simple enumeración superaría con creces la extensión de este comentario, aunque es preciso reconocer que en unos casos se ha tratado de adelantos importantísimos,  para la ciencia, la medicina o la tecnología y que en no pocas ocasiones no ha pasado de lo anecdótico e incluso llamativo, pero poco mas....

Y algo de esto es lo que ha supuesto ese inexplicable salto al vacío con que en la tarde del domingo nos ha obsequiado un deportista austriaco de alto riesgo, de apellido impronunciable, que desde unos treinta y nueve mil metros de altitud se ha lanzado desde la capsula en la que se había elevado hasta la estratosfera, batiendo diversos record y logrando superar la velocidad del sonido sin otra ayuda mecánica que la de su propio cuerpo.

No cabe duda que cosas como estas, que se inscriben de lleno en el afán de la humanidad por alcanzar nuevas metas y superar toda clase de retos, siempre - aunque en principio no se alcancen a vislumbrar sus posibles ventajas - acaban brindando mejoras y avances a la sociedad, pero ante hechos como el que nos ocupa, queda desde luego la seria duda sobre su utilidad, salvo para los intereses mediáticos y publicitarios que la singular aventura ha propiciado...

¿O acaso no?


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