martes, octubre 09, 2012

¡Cuan gritan esos malditos!

Se le viene a uno a la memoria la célebre frases de la primera escena, del acto primero, de la popular obra de José Zorrilla que tan bien resume la molesta algarabía que todo lo turba, que todo lo trastorna, a veces sin mas motivo que el de elevar el tono de voz para que sobresalga por encima de las demás del entorno, para hacerse notar, para molestar en suma a quienes consideran el sosegado silencio un bien escaso y mucho mas en los tiempos que corren. Ya lo dijo, el autor dramático en su obra, ¡¡ cuan gritan esos malditos !!  no pudiendo expresar mejor con dicha frase lo que de falta de respeto supone el griterío indiscriminado, irrespetuoso con los demás, tantas veces soez y desde luego innecesario para manifestar alguna reivindicación o protesta...

Y esto es algo, lo del ruido, que sin duda se ha venido a poner de moda en muchos lugares de España y Jerez en ello no es una excepción, practicado por numerosos colectivos que viendo lesionados sus legítimos derechos, su estabilidad laboral en peligro, su salario gravemente disminuido y tantas veces impagado o demorado en el tiempo, no tienen otra mejor forma de protestar que la de vociferar a pleno pulmón, acompañados de sirenas, petardos, megáfonos, altoparlantes, silbatos para que el estruendo sea aún mayor y envuelva, demasiadas veces, insultos, consignas, acusaciones injustas, que precisamente por ello a la postre quitan toda la razón a las justas demandas que se pretenden manifestar.

Pero, además, ese griterío alentado por detrás por quienes se esconden en la multitud, por intereses ideológicos partidarios, por intereses espúrios de no pocos que tratan de justificar su condición de liberados, supone un claro atentado al derecho democrático de quienes quieren disfrutar en paz de una festividad patronal, de aquellos que como creyentes asisten en el interior de un templo a una ceremonia religiosa, a cuantos transitan por la vía pública sin molestar a nadie y a los que semejante estruendo les causa un justificado temor...

Por eso se nos ha venido a la memoria la frase del Tenorio que sin duda tiene plena justificación aquí.

4 comentarios:

Alfonso Saborido dijo...

La ceremonia religiosa estaba fuera. Si usted es cristiano como yo, convendrá conmigo que Cristo estaba fuera, detrás de la pancarta, antes que encerrado en un templo.
Llamar malditos a unas personas que pasan hambre física porque no les pagan y están desesperadas, es llamar malditos al mismo Cristo. ¿No fue ruido lo que hizo Jesús de Nazaret en el Templo ante las injusticias? ¿no fue ruido lo que hacía Jesús contra el imperio romano? Rezo por usted. Un saludo.

Miguel Ángel Gutiérrez Navarro dijo...

Señor Cañadas, ¿De verdad piensa usted lo que ha escrito o sólo es un oportunismo periodístico para su galería ? Le tenía a usted por una persona sensible con la cosa de Jerez. Señor Cañadas, ¿Es que no hay cosa más jerezanos que aquello que le ocurre a sus ciudadanos? Es cierto que S. Dionisio, que no esta seguro si es el que es, no tiene culpa alguna, pero, hombre de Dios, cargar la culpa sobre el inocente no es de cristiano, antes sí, el perdonarle sí se le creyó pecador en sus manifestaciones, máxime si su pecado fue manifestar su desgracia. Me gustaría poderlo debatir con usted personalmente ya que se ve que nos interesa Jerez. Una última cuestión ¿quienes son esas almas de Dios a la que se les causa un justificado temor? ¿A caso no son de Jerez? ¿O es que pertenecen a un sector que en nada les afecta la situación ? Porqué si asistían a un acto religioso se les debe de suponer su religiosidad y por ende comprensión con el afligido, a no ser que el acto fuese en mero folclore.

Andrés L. Cañadas dijo...

Eso es lo que he querido decir: "no pudiendo expresar mejor con dicha frase lo que de falta de respeto supone el griterío indiscriminado, irrespetuoso con los demás, tantas veces soez y desde luego innecesario para manifestar alguna reivindicación o protesta...". Y sigo pensando que para reivindicar algo no es necesario vociferar y, sobre todo, impedir el derecho de los demás a comportarse como mejor les parezca, por ejemplo acudir a una ceremonia religiosa en el interior de un templo. En cuanto a mi postura sobre el fundamento y la justicia de dicha protesta, lean ambos con detenimiento mi comentario pues entiendo que es muy lógico reclamar lo que estas personas solicitaban, pero se puede hacer de otra forma. Y en cuanto a lo de "malditos", palabra a la que se alude en uno de los comentarios,es simplemente utilizar la frase teatral de Zorilla.

Andrés L. Cañadas dijo...

Eso es lo que he querido decir: "no pudiendo expresar mejor con dicha frase lo que de falta de respeto supone el griterío indiscriminado, irrespetuoso con los demás, tantas veces soez y desde luego innecesario para manifestar alguna reivindicación o protesta...". Y sigo pensando que para reivindicar algo no es necesario vociferar y, sobre todo, impedir el derecho de los demás a comportarse como mejor les parezca, por ejemplo acudir a una ceremonia religiosa en el interior de un templo. En cuanto a mi postura sobre el fundamento y la justicia de dicha protesta, lean ambos con detenimiento mi comentario pues entiendo que es muy lógico reclamar lo que estas personas solicitaban, pero se puede hacer de otra forma. Y en cuanto a lo de "malditos", palabra a la que se alude en uno de los comentarios,es simplemente utilizar la frase teatral de Zorilla.