Cada vez mas, quienes de esto entienden algo o al menos afirman entender, admitiendo la necesidad de los recortes que el Gobierno del PP está acometiendo desde el instante mismo de su estreno, apuestan sin embargo por una política que active la generación de empleo, propicie el incremento del consumo y haga posible que las empresas grandes y pequeñas y los autónomos comiencen a salir de la postración en la que actualmente se encuentran por la falta de financiación, por la deuda acumulada que sobre ellos pesa y por el evidente retraimiento de los consumidores a la hora de adquirir bienes y servicios...
Es decir, que se aplauden - como no puede ser de otro modo - los recortes que habían llegado a ser exigencia inaplazable, dado el despilfarro a todos los niveles, tanto en lo público como en lo privado, al amparo de la falacia del llamado estado del bienestar pero al mismo tiempo se intuye que como toda la acción de gobierno se quede en eso, dificilmente vamos a poder remotar la actual situación que nuestro país padece y que lo ha situado al borde de la ruina mas insoportable.
Es decir, como en la célebre frase "a Dios rogando..." quienes entienden de este asunto, ya digo, apuestan por lo que podríamos resumir como recortes y estímulos, en la proporción adecuada, para salir del atolladero además de en la adopción de otro tipo de decisiones que acaben de raíz con la suicida política de gastar lo que no se tiene, de no pagar lo que se encarga o de despilfarrar los caudales públicos, haciendo pagar por semejante estado de cosas a sus responsables directos, no solo con la inhabilitación como gestores públicos sino con todo el peso de la Ley...
Se terminaría de esta forma con mas de un irresponsable y se estaría dando un paso muy importante en la regeneración de la vida pública española, tan necesitada de transparencia, honestidad y austeridad.
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