Le decía, el martes de la pasada semana, señor Ministro que no era eso, que si se trataba de modificar contenidos inapropiados, no había que cambiar el nombre de la Asignatura, con lo que ello comporta, por ejemplo, para los editores de textos de enseñanza y consiguientemente para el bolsillo de los padres. Hoy me veo en la obligación de dirigirme a usted, nuevamente - por eso comienzo este comentario con la frase a la de dos... - para reprocharle el sorpresivo cambio - con auténtica nocturnidad y alevosía - del temario de las oposiciones del profesorado que, por las razones aducidas por Su Excelencia, está claro que se ha debido a razones exclusivamente políticas...
Y naturalmente está usted y los suyos en su derecho de adoptar cuantas medidas ideológicas estimen pertinente, pero ya podrían pensar antes de hacerlo en aquellas personas que desde hace meses - un trimestre largo - se encontraban preparando un temario que a lo peor -como afirma- ni tuvo el apoyo de todas las Comunidades Autónomas, ni era el adecuado para medir la preparación y suficiencia que se le debe exigir a quienes aspiran a enseñar, pero que había sido aprobado por el anterior Gobierno, mire usted que casualidad, del partido que ahora está en la oposición.
Vamos, que de tacto, poco y de oportunidad de la medida, nada. Ya digo, "a la segunda" otro acierto de un Departamento, el que dirige usted, que precisamente debería ser el que mantuviera a lo largo del tiempo el mayor nivel de coherencia para evitar que la formación de nuestras jovenes generaciones no se viera sometida a los vaivenes a los que la condenan habitual y sucesivamente políticos de derechas y de izquierdas, lo cual sin duda es toda una auténtica desgracia para España...
Esperemos, señor Ministro que no tengamos que decirle "a la tercera, va la vencida"
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