miércoles, noviembre 23, 2011

Una Ley electoral inadecuada.

El resultado de las últimas elecciones ha venido a corroborar una vez mas y en este caso de manera flagrante las deficiencias de la Ley por la que se rigen en España las consultas a la ciudadanía ya que el tan traido y llevado sistema D´Hondt, que se implantaría en la llamada Transición para evitar una excesiva dispersión del voto - según se argumentó entonces por quienes preconizaron la aplicación de este sistema proporcional - ha venido a poner de manifiesto, una vez mas, la desigualdad de unos partidos y otros para obtener escaños, beneficiándose claramente los mayoritarios y resultando evidentemente perjudicados las fuerzas políticas consideradas minoritarias, aunque con la excepción de dos formaciones abertzales que por menos de cincuenta mil votos - el PP ha superado dicha cifra por ejemplo en la ciudad de Jerez - han logrado representación parlamentaria y una de ellas, además, con hasta siete diputados, al concurrir por circunscripciones pequeñas.

Si tenemos en cuenta que Formaciones como Izquierda Unida o Unión Progreso y Democracia han tenido que sumar mas de un millón seiscientos mil votos y mas de un millón cien mil, respectivamente para lograr once escaños y cinco en el otro caso y que mientras a Amaiur sus algo mas de trescientos treinta y tres mil votos le han valido para conseguir llevar al Parlamento español a siete de sus candidatos, la evidencia de que la fórmula - como han proclamado las redes sociales y los representantes de la mayoría de los Partidos - es profundamente injusta, obliga a reflexionar sobre su futura aplicación y, desde luego, sobre su necesaria reforma...

No es bueno que en estas cuestiones el conjunto de la ciudadanía tenga dudas y sospechas. Es mas, que se muestre claramente partidario de acometer reformas y bien harían quienes detentan el poder en abordar el asunto y ponerse a trabajar para que una normativa electoral nacida en un período muy concreto de nuestra historia, en el que quizá fué útil, pueda ser modificada o sustituída por otra adecuada a los tiempos y que no consagre injusticias como la que se ha podido constatar en la noche del 20N.

Abordar esos problemas es lo que finalmente otorga credibilidad a los políticos...

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