A Pepe - el señor Griñán, se entiende - le podrá venir muy bien para sus objetivos electorales el retraso de las elecciones autonómicas, cosa que naturalmente está por ver y en la que solo tienen la palabra los votantes, pero lo cierto es que la no coincidencia de estos comicios con las Generales del pasado 20N amenaza con brindarnos a todos los andaluces, incluídos los partidarios del mentor de dicha medida, unos meses de insoportable campaña en los que - a los hechos me remito - las lindezas con que nos obsequiarán unos y otros dejarán en pañales las que hemos debido aguantar como preparación a la reciente consulta durante un par de años, sin campaña, en pre-campaña y en el transcurso de esta última.
Y es que parece que la idea primordial debe ser, ya digo, para los de un lado y otro del espectro ideológico descalificar y cuanto mas mejor al adversario, echarle en cara todos sus errores, todas sus equivocaciones, todas sus pretendidas maldades. El tu mas que yo, obviando cualquier propuesta inteligente, interesante, innovadora, que recoja el interés real de la ciudadanía, que trate de superar las quejas, los problemas, las dificultades, las carencias con las que nos enfrentamos los votantes. Que insinúe al menos que al político le interesamos mínimamente y que no nos contempla simplemente como portadores de un voto más que puede auparle a la poltrona...
Por eso digo que buena la que nos espera a los sufridos andaluces - una de las últimas regiones de la Unión Europea, como acaba de poner de manifiesto una vez mas el Eurobarómetro - con el aplazamiento de las elecciones autonómicas a marzo o incluso después; que todo dependerá no de el interés general sino del viento que sople a la hora de concretar la fecha y de lo que vayan avanzando las encuestas, cada vez mas fiables por cierto como se acaba de demostrar.
Pena de nosotros que aceptamos sin mas esta plaga...
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