martes, noviembre 01, 2011

Bajeza moral

Se ha puesto ultimamente de moda el que ciertos programas de televisión paguen importantes sumas de dinero a determinados personajes que acuden a los mismos, para ser entrevistados, contando sus morbosas historias para regocijo de ciertos teleespectadores que, por lo que dicen los datos de las empresas que se dedican a medir la audiencia, deben ser muchos, argumento que aducen quienes presentan esos espacios y naturalmente las empresas que los incluyen en su parrilla de programación para justificar determinadas presencias en el plató y desde luego para las jugosas cantidades que abonan por las mismas.

Sobre este tema no es poco lo que se ha hablado y mucho lo que se ha criticado, pero lo cierto es que cuando ya parece que no será posible superar lo visto y lo dicho, uno de estos programas va y nos sorprende con una nueva muestra de bajeza moral como la que se acaba de producir con la presencia de la madre de uno de los condenados por el crimen de la joven Marta del Castillo, previo abono de una cantidad cercana a los diez mil euros que por lo que representa y para lo que se paga llega a producirnos auténticas naúseas...

Y esto ni se justifica por el volumen de audiencia, ni por la popularidad del espacio o del preentador, ni por el posible negocio publicitario del Canal en cuestión, ni mucho menos como se ha querido insinuar por la tan traída y llevada libertad de expresión, ya que el hecho no admite la mas mínima excusa y se califica por si solo, por lo que algún organismo debería existir - ¿para que sirven los llamados Consejos Audiovisuales? - que pusiera coto a semejantes despropósitos e instara a la Fiscalía a intervenir de oficio para perseguir este atentado a la ética, a la moral y al buen gusto.

Si a ello se añadiera que ese dinero  pudiera ser confiscado y posteriormente entregado a alguna organización con fines sociales y que al pagador se le aplicara un recargo, por ejemplo, de un cien por cien, con el mismo objeto, posiblemente estaríamos asistiendo al principio del fin de esta bajeza moral que merece la categórica reprobación de todo ciudadano que se precie...

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