Finalmente, el muy honorable Presidente de la Comunidad valenciana ha decidido presentar su renuncia al cargo, ante la imputación por la trama de los trajes del denominado caso Gurtel, decisión que esperaba media España - y la otra también - y por lo que quién esto escribe pensaba precisamente hoy apostar, no por no respetar el tan cacareado principio de presunción de inocencia que a cualquier encausado le asiste sino por considerar que en estos asuntos y mucho más en política, como la mujer del César, "no solo hay que ser honesto, sino parecerlo...".
Por eso parecía inevitable la renuncia de Camps, lo mismo que debían producirse otras - de las que muchos se guardan siquiera de mencionar - relacionadas con asuntos tan turbios como el caso Faisan - nada menos que un aviso a la ETA -, el fondo de reptiles de los ERES de la Junta de Andalucía, o las mariscadas pantagruélicas a cargo de Mercasevilla, por mencionar tan solo algunos asuntillos que producen sonrojo cuando uno se entera de ellos.
Claro que ¿y ahora que Camps es historia, que hacemos? se preguntarán inquietos muchos que pensaban que este turbio asunto se prolongaría hasta las próximas elecciones, restándole votos al Partido Popular. Posiblemente, aquí en Andalucía, el argumento alternativo será lo que cobra el Presidente del PP, Javier Arenas o activar la polémica de la incompatibilidad de los cargos de Alcaldes y Presidentes de Diputaciones con la condición de diputados en el Parlamento autonómico, para mantener entretenido al personal, pero mucho nos tememos que el truco no le servirá de mucho a quienes traten de ponerlo en práctica.
Si no, al tiempo que por mucho que se prolongue no pasará de marzo del año venidero, aunque lo mas probable es que culmine este próximo otoño, que esto no da ya mas de sí...
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