Como asegura la sentencia bíblica, convertida en frase de uso común, "no solo de pan vive el hombre...", ciertamente además de tan rico manjar los seres humanos necesitamos de otros alimentos que sirvan para nutrir nuestro espíritu y entre ellos, sin duda, se encuentran todos aquellos que pertenecen al inabarcable universo de la cultura que nos ponen en contacto con las artes plásticas, la música o la literatura, que en definitiva nos ayudan a ser mas cultos y sensibles...
Por eso, toda sociedad que se precie debe cuidar sus bienes relacionados con ella y precisamente por eso, en nuestro denominado Estado del bienestar, de unos años a esta parte se ha generalizado afortunadamente la existencia de magníficos recintos en los que los ciudadanos pueden gozar de grandes conciertos, de magníficas representaciones teatrales, de espectáculos en suma a los que no siempre pudo tener fácil acceso.
Naturalmente por eso, cada vez que alguno de estos Coliseos corre peligro de supervivencia, las voces se alzan en su defensa y son numerosas las iniciativas para que se garantice su continuidad y para que sigan cumpliendo la finalidad para la que fueron construídos y por la que abren sus puertas cada día.
No puede extrañar por tanto que ante las dificultades económicas que afectan al Teatro Villamarta, consecuencia directa de la penuria de las arcas municipales jerezanas, en la ciudad se haya producido una lógica reacción en favor de dicho recinto que desde luego deberemos preservar a toda costa, aunque sea prioritario y necesario un inevitable recorte presupuestario - al igual que el que se reclama para otras áreas de la actividad municipal - así como un profundo análisis de la rentabilidad y de los costes del mismo, no vaya a ser que estemos gastando más, por mala planificación, en capítulos que poco tienen que ver con la contratación de buenos espectáculos...
Es decir, que salvemos el Villamarta pero sobre todo la calidad de su oferta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario