El asalto, repetido, de las instalaciones de la Guardería "Blanca Paloma", de la barriada de San Telmo y sobre todo los destrozos sin sentido originados en las dependencias y enseres de la misma no solo ponen de manifiesto una intolerable gamberrada sino que son prueba inequívoca de la maldad que pueden albergar ciertos indivíduos que por un extraño sentido de la diversión, por buscar dinero para poder tal vez adquirir droga o por un evidente comportamiento antisocial, son capaces de cometer tamaña felonía...
Maldad. Pura maldad ante la que debemos exigir a las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado que lleven a cabo cuantas pesquisas sean necesarias para localizar y detener a semejantes salvajes y ponerlos a disposición de la autoridad judicial competente.
Y si de paso a esta tarea se suma la Policía Local y organiza algún dispositivo para acabar con el recurrente vandalismo que, fin de semana tras fin de semana, se produce en Jerez, con su secuela de señalizaciones arrancadas de cuajo o partidas, papeleras volcadas, griteríos a altas horas de la noche en muchas zonas de la ciudad, turbando el natural descanso de los vecinos y basura esparcida por los suelos, no cabe duda que estaremos dando un paso importante hacia la solución de este problema que padece la ciudad, que no es esclusivo de ella por supuesto, pero que se puede atajar en cuanto se pongan en marcha las medidas pertinentes.
Que en modo alguno supondrían recorte de libertades, por si alguien así quiere interpretarlo, pues ya se sabe que la libertad de cada uno termina donde empieza la de los demás... ¿Está claro?
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