Normal que ahora que controlan una buena parte de ellas, el PP se muestre extrañado de que el PSOE quiera acabar con las Diputaciones Provinciales, o al menos eso es lo que han insinuado o dicho abiertamente algunos de sus dirigentes, entendiendo dicha eliminación como una de las medidas para recortar el gasto público y para combatir la grave crísis económica que podecemos...
Y está claro que quienes, desde hace años, hemos mantenido que España no podía continuar con la superposición de administraciones públicas - estatal, autonómica, provincial y local - nos apuntamos decididamente a esta medida que, mas tarde o mas temprano, habrá que adoptar, sean los socialistas o los populares quienes gobiernen en el país, ya que el gasto que origina la actual situación es insostenible y así nos va.
Evidentemente, en ese supuesto, habrá que comenzar por salvaguardar los derechos adquiridos del funcionariado, pero logrado ese objetivo, con todas las garantías y las limitaciones que sean precisas, comenzaremos a ver como las cuentas se equilibran y, cara al futuro, experimentan una reducción que desde luego se antoja necesaria y urgente...
Nuestra Administración, en general, adolece de servidumbres que hoy día se antojan insostenibles y tal vez quién se decidiera a una reforma en profundidad - cuestión nada fácil y cómoda, por supuesto - estaría poniendo la primera piedra de ese Estado moderno y eficaz con el que todos soñamos y del que todavía nos encontramos muy alejados.
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