domingo, abril 24, 2011

Sagrarios y Oficios.

Junto a las procesiones, eje popular de la Semana Santa, sin duda esta conmemoración tiene entre nosotros y especialmente entre los católicos practicantes dos obligadas referencias que sin una multitudinaria presencia pública reúnen sin embargo a numerosos fieles, dando un sentido distinto, mas personal e íntimo, a la celebración de la Pasión, muerte y Resurrección de Jesús...

Y es que el llamado Tríduo sacro o pascual, los populares Oficios, son todo un compendio de signos, símbolos, palabras, gestos que hablan de solidaridad, compromiso, caridad, humildad; que nos situan ante el lavatorio y ante la adoración del árbol de la cruz y que en la noche santa, en la Vigilia Pascual, con la bendición de la luz y del agua, con la Palabra del Antiguo y el Nuevo Testamento, proclaman el triunfo de la Vida sobre la muerte.

En el centro de la semana, desde la tarde del Jueves Santo, parroquias, Conventos y Capillas abrirán sus puertas para que los fieles puedan postrarse ante el Santísimo Sacramento, expuesto en hermosos altares, rodeado de velas rojas y flores, con bellísimas estampas como las que uno puede encontrar en la intimidad de las Hermanas de la Cruz o de las Clarisas, de la calle Barja, en la propia Catedral o en San Miguel...en tantos templos a los que, en un constante ir y venir, acuden centenares de personas para encontrarse con la Verdad del Sagrario...

Esa es sin duda la otra cara de la Semana Santa, menos popular pero desde luego más auténtica, desde la consideración del creyente.

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