martes, abril 19, 2011

Lágrimas cofrades.

Ciertamente este tema es el último que nos hubiera gustado tratar, pero la climatología solo obedece a la evolución de vientos, borrascas y anticiclones y ante eso nada pueden los anhelos, las esperanzas, las ilusiones cofrades que tras todo un largo año de impaciente espera, para poder salir con sus venerados Titulares a las calles, ven frustrada tan humana expectativa a causa de la lluvia...

Horas previas de incertidumbre, de mucho mirar y remirar al cielo, de intuir un pequeño claro entre las densas nubes, de especular que el tiempo terminará llevándose los nubarrones a otro lugar lejano. Horas de soñar con estar ya en la calle, como otros años. Después, la inquietud, la categórica afirmación de que el tiempo irá a peor, de algún experto, el ver pasar hacia una dependencia del templo o de la Casa de Hermandad al Hermano Mayor y a quienes con el comparten responsabilidades en la Cofradía, para deliberar...

Por eso, cuando una Junta de Gobierno debe adoptar la difícil decisión de permanecer en su templo, junto a los "pasos", ya preparados para la estación penitencial, en los rincones mas apartados de las Iglesias brotan lágrimas que son la respuesta de tantos hombres y mujeres al desengaño de no poder acompañar a "su" Cristo o a "su" Virgen por las calles y plazas de la ciudad.

Pero esto es así y así ha sucedido siempre, que si mala es una Semana Santa en marzo, peor lo es en abril, el de las aguas mil, por mucho que se trate de buscar en el refranero otro refrán que nos diga lo contrario y bastante nos tememos que así seguirá siendo, por los siglos de los siglos - que para los poco versados en esta materia de las hermandades y las procesiones hay que recordar que estas y aquellas hunden sus raíces en la lejana noche de los tiempos -.

Y afortunadamente, cada vez mas, la responsabilidad se impone y además de preservar la salud de los propios hermanos, las Cofradías han sabido asumir la importante tarea de salvaguardar al mismo tiempo el hermoso legado patrimonial que han ido acumulando a lo largo de su historia.

Pero uno no puede evitar que al contemplar los humedecidos ojos de tantos cofrades, sienta dentro de sí una tristeza profunda y tenga como la sensación de un nudo en la garganta...

No hay comentarios: