lunes, enero 03, 2011

Aquí no se va nadie

Eso de irse a casa, después de haber estado en política, es costumbre poco o nada practicada en España y de eso tenemos reiterados ejemplos, entre los que se resisten a abandonar, los que quieren volver, los que aspiran a ser nominados candidatos para algo y en definitiva los que se creen imprescindibles, insustituibles, salvadores, permanentes y reelegibles en cada convocatoria electoral...

Por eso pasan cosas que el ciudadano normal ni comprende, ni entiende y que además de resultar ciertamente ridículas a quienes dejan mal es a aquellos políticos que asumen el protagonismo de dichas situaciones.

Viene esto a cuento por la decisión de quien fuera Vicepresidente del Gobierno popular de Aznar, señor Cascos, que al no ser designado candidato a las elecciones autonómicas para el Principado de Asturias, no solo se ha marchado - dando un portazo - de su Partido sino que ha anunciado la creación de una nueva formación política que naturalmente competira con  la suya de siempre, lo cual pone de manifiesto sin duda la fidelidad de muchos cargos públicos con la ideología que les aupó, en su día, a la poltrona...

Y es que ya digo, eso de irse por las buenas, aceptar que cada cual en política tiene su tiempo y que durante el mandato que otorgan los electores cada cargo desarrolla hasta donde puede su programa, aquí es que no se practica y empeñarse en volver con la excusa de completarlo es una burda manera de querer seguir subido en el coche oficial por mucho que se quieran camuflar las verdaderas intenciones.

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