Quién ha vivido, en varias ocasiones, por motivos profesionales, la Feria Internacional de Turismo de Madrid - la conocida FITUR - ha podido comprobar como al igual que las moscas a la miel a esta convocatoria anual acudían políticos de toda España, de todas las Administraciones, que con el pretexto real o imaginado de promover los valores de sus respectivas ciudades, pueblos o regiones, se lo pasaban la mar de bien en la capital del Reino, durante varios días y naturalmente con cargo al presupuesto público...
Pero claro, llegaron las vacas flacas de la crísis y, según hemos podido comprobar por las imágenes de las distintas televisiones y por lo que nos cuentan compañeros de profesión, la FITUR de 2011 está, como diría un castizo cortita con sifón, vamos que del despiporre anterior queda muy poco, por no decir nada y que esa presencia masiva de cargos público ha desaparecido como por arte de magia.
Y no es que esté mal promocionar el turismo de cada población o de cada zona, que ya se sabe que esta industria genera riqueza y por tanto es necesario cuidarla, pero de eso a gastar por la cara, como durante tantos años han hecho también tantos concejales, diputados, asesores, parlamentarios regionales, técnicos de las diferentes corporaciones, por no citar alcaldes, consejeros y otros cargos similares, hay un abismo al que, al parecer, ha puesto coto la penuria económica que padecemos que, al menos para esto, tampoco ha resultado tan mala...si permite a la postre cortar de raiz el derroche anterior...
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