No es problema exclusivo, desde luego, de nuestra ciudad; de Jerez, pero ciertamente aquí, desde hace muchos años, venimos padeciendo un vandalismo intolerable que exige la intervención drástica de quienes están llamados a preservar el patrimonio común de los ciudadanos y consiguientemente la propia economía de las arcas públicas locales que no pueden soportar tan disparatado y absurdo dispendio por el hecho de que unos gamberros, con obsesión destructiva, se dediquen a destrozar cuanto se les pone a tiro...
Papeleras, señales de tráfico, cerramientos de parques y jardines, árboles...Todo cuanto puede ser objeto de su saña, aparece por los suelos, casi de forma habitual, todos los fines de semana cuando estos vándalos - a los que por lo visto no encuentran las fuerzas del orden - con más de dos copas, por esa corriente antisistema que tanto se estila o simplemente por placer recorren con nocturnidad y alevosía calles y plazas de nuestra ciudad.
Claro que lo que acaban de hacer, con el recién restaurado y hermoso templete de principios del pasado siglo que nuestro Ayuntamiento había reubicado en la Alameda Vieja, al que tras destrozarle su acristalamiento han incendiado, ya pasa de castaño obscuro y merecería una rigurosa y exhaustiva investigación de la policía, para encontrar a los culpables, y la aplicación de un ejemplar castigo que desde luego incluyera el pago de los daños causados...
Si esto se hiciera; si esto se lograra, ya verían ustedes como de ahora en adelante semejante vandalismo gamberro disminuía de manera apreciable...
2 comentarios:
Don Andrés ¿Y quién le pone el cascabel al gato?
Pues está claro que debería ponerlo la Policía local y desde luego en ello tendrían que colaborar cuantos ciudadanos pudieran ver a los vándalos cometiendo sus fechorías, denunciando inmediatamente semejante atentado al patrimonio común.
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