Tras el paréntesis del caluroso mes de agosto, que este año y por nuestras latitudes ha sido - como diría un amigo mío - "de papillo y verruga", vuelve uno a reanudar el contacto con los lectores del blog, de cara a una temporada que se presenta movidita no solo por lo acontecido durante el verano sino especialmente por la batería de asuntos de orden económico, de interés social, de confrontación ideológica que aparecen en el horizonte y que, sin duda, se convertirán en temas prioritarios para los ciudadanos en los venideros otoño-invierno, eso sin contar con los que depare la actualidad local o autonómica...
Y como venimos haciendo desde hace ya tres años, comparece uno en este escaparate cibernético, para mantener vivo su quehacer periodístico, para expresar sus ideas, para manifestar sus discrepancias y, por supuesto, para apoyar todas aquellas cuestiones que merezcan y reclamen nuestra colaboración.
Y es que, como ya he manifestado en diversas ocasiones, el periodista lo es, mientras vive y por eso, en los medios tradicionales o aprovechando los nuevos cauces que el siglo XXI ofrece para la información, debe comparecer para contar todo aquello que considere necesario y, por supuesto, para mantener vivas no solo la vocación sino las neuronas...
Así es que, concluído el tórrido agosto 2009, aquí estamos otra vez.
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