viernes, septiembre 25, 2009

Intolerancia.

A propósito de un comunicado de la Unión de Hermandades de Jerez, en favor de la vida, cosa por otra parte muy natural si tenemos en cuenta que se trata del organismo representativo de las Hermandades de la Ciudad y, consiguientemente, de una institución católica que agrupa por supuesto, o debiera agrupar al menos, a seglares comprometidos con dicha confesión religiosa, he visto en la prensa local, en esa sección tan dudosamente auténtica llamada "Cartas al Director" - ¿alguien comprueba la autenticidad de los escritos que se reciben en los rotativos y su autoría? - un furibundo alegato contra las Cofradías, los cofrades, lo que estos representan y, especialmente, sobre las molesrtias que causan con sus manifestaciones públicas al resto de los ciudadanos...
Ya digo, ataque en toda regla que ni otorga ni concede mínimamente a las Hermandades y a cuantos en ella se integran ninguna cualidad positiva o virtud. Todo es, calles ocupadas, semana en blanco para quienes no gustan de las procesiones, aprovechamiento exclusivo del patrimonio común y no se cuantos argumentos más para rematar, pidiendo con vehemencia, que ante tanta maldad se adopte el acuerdo de suprimir totalmente cualquier ayuda o concesión de las Administraciones públicas a este colectivo de ciudadanos que, se quiera reconocer o no, tienen el mismo derecho que los demás a pensar y actuar como mejor desen, a hacer patentes sus personales y colectivas creencias y a utilizar la calle, dentro de la norma establecida y aceptada, desde hace ya muchísimos años - gobierne la derecha o la izquierda, el sistema sea monarquía o república -, por todos.
Desde luego es tan solo un escrito, creo que de una ciudadana a la que está muy claro que no le gustan nada las procesiones, ni los cofrades, ni las Hermandades, pero por el tono, la intransigencia y la bilis que rezuma, nos ha hecho pensar que sobre la intolerancia no es posible edificar un sistema democrático que, precisamente, está basado en todo lo contrario...
Y es con actitudes como esta de la carta al director de un periódico local, seguimos fomentando el odio, la crispación, la violencia y el enfrentamiento que, por desgracia, nos llevó hace ya muchos años a una triste, lamentable y trágica confrontación fratricida entre los españoles.
¡Que lástima de tiempo perdido...!

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